Share This: Hace cuarenta días recordamos las cenizas en lamento por un desastre natural y por un desastre humano. Lamentamos cómo la consolidación comunitaria del pecado produce tanta injusticia y sufrimiento a nivel estatal, así como individual. Pero caminemos con Jesús, el restaurador de la vida. Miramos a nivel internacional y vemos con horror la degradación vertiginosa de la vida de cientos de miles en los gritos de la ciudad de Alepo, Siria. Hemos visto el desplazamiento de refugiados más grande desde la Segunda Guerra Mundial. Las grandes potencias mundiales se mueven para consolidar su poder sin importar el costo humano de los más vulnerables; quieren para salir airosos en…