“Imagine que la vida es un juego en donde estas haciendo malabares con cinco bolas. Las bolas se llaman trabajo, familia, salud, amigos e integridad. Y tú las mantienes todas en el aire. Pero un día finalmente llegas a entender que el trabajo es una bola de goma. Si la dejas caer va a rebotar. Las otras cuatro bolas… están hechas de cristal. Si dejas caer una de ellas, será irrevocablemente marcada, fracturada, y quizás hasta destrozada.” Gary Keller
Todo somos llamados a vivir en comunión con Dios. Esta es una noticia que no debe dejar de asombrar a discípulos/as de Jesucristo. Igualmente, somos llamados a vivir en comunión con nuestro prójimo. Otra tremenda noticia. Pero, dado que somos gente individualista a veces no vemos que nuestra comunión y convivencia amorosa con nuestro prójimo más cercano, mis esposa/so, depende de nuestra conciencia de estar unidos a Dios en todo lo que somos. ¿Puedo amar a mis esposa/so sin amar a Dios? Lo podrás hacer solo con el amor que tienes, pero no con el amor que deberías tener. Para amar en nuestro matrimonio y servirnos los unos a los otros necesitamos practicar la presencia de Dios.
El Señor Jesús nos ha enseñado cómo hacerlo. Orar es el deseo insistente por el reinado de Dios sobre nuestra vida y toda la realidad. Allí suplicamos, adoramos, confesamos, exaltamos, y pedimos a Dios. Esto lo hacemos en la rutina diaria, en lo cotidiano, a solas y acompañados.
Pensemos:
- ¿Has pensado en tu devoción a Dios como una practica?
- ¿Estamos alertas de que mi vida como discípulo y esposo/sa esta atada a la vida que busca atesorar a Dios?
- ¿En qué momentos te sientes más “conectado” con la presencia de Dios?
Leamos: Juan 15:1-8
- ¿Con qué compara Jesús a sus discípulos? ¿Qué palabras o frases te llaman la atención?
- ¿Cuál es el resultado de permanecer en la vid?
- Reflexiona sobre la promesa del verso 4. ¿Qué te parece?
- ¿Has descubierto la verdad de que separados de Jesús nada podemos hacer?
- ¿Qué relación ves entre la practica de la oración y tu voluntad para mantenerte deseando estar con Dios, con Cristo y Cristo en nosotros?
Compromiso:
Practicar la presencia de Dios necesita de actos y disposiciones concretas. ¿Cómo puedes tú como discípulo dedicar más de ti a buscar satisfacción en Dios? ¿Cómo pueden juntos como matrimonio dedicar más para estar satisfechos en su presencia?
Practiquemos Su Presencia:
Tomemos un rato para en silencio estar en comunión con Dios. Anhelemos en oración esa comunión amorosa que necesitamos. Y oremos los unos por los otros.