Entre Pentecostés y Babel. Diez días luego de la ascensión de Cristo y cincuenta días luego de la resurrección, los discípulos de Jesús recibieron el don del Espíritu Santo. El esparcimiento y profundización del Espíritu ofrece tanto un nuevo comienzo como el cumplimiento de una promesa. El Espíritu Santo cubre el mundo y se adentra en los creyentes para que anuncien el evangelio con nueva vida. El “otro consolador” y la renovación de la creación es afirmada para todas las culturas.
En Babel (Génesis 11) el ser humano busco manipular a los dioses haciendo su nombre grande. Se trató de cómo la consolidación idolatra del etno-centrismo, etno-nacionalismo y el mono-lingüismo se conjuraron para la idolatría y “llegar al cielo”. Dios los esparce, creando así la diversidad ligústica y cultural. Así, pues, no podrían unirse para la injusticia.
Pentecostés, no revierte a Babel, sino que cumple la promesa de alcanzar y bendecir con el shalom de Dios a todas las naciones. Los creyentes allí (Hechos 2) no son revertidos a hablar un mismo idioma, a un etno-centrismo, sino que el Espíritu de Dios cumple la promesa de un pueblo multinacional, multi-cultural, multi-lingüístico unidos ante la majestad del Mesías Resucitado y ascendido que envía a su Espíritu Santo.
Ahora, el pueblo de Dios, la Iglesia, encuentra su unidad, no en su mono-culturalidad, no en un solo lenguaje, sino en el poder de vivir con el Espíritu que nos une en la diversidad, unidos al Dios Trino (Padre, Dios Hijo y Espíritu Santo) anhelando y viviendo con todas las naciones la vida prometida. ¡MANDA FUEGO ESPIRITU!
One Comment
Ricky Padilla
Jules,
Great post. Where is the mosaic in the picture from?