Concédanos, Señor,
el espíritu para pensar y hacer aquellas cosas que son buenas,
que nosotros, que sin usted no podemos existir,
seamos capaces de ser habilitados por su voluntad
para desear y amar la justicia.
Concédanos ser bienaventurados por su causa.
A través de Jesucristo nuestro Señor, quien vive y reina con usted y el Espiritu Santo, un Dios, por siempre y para siempre. Amen