Juan Jose Coto (M.Div., Ph.D.c) es parte del equipo pastoral de Iglesia La Travesía y es plantador de la Iglesia Comunión en Puerto Rico. Su área de investigación doctoral es la relación de la iglesia y la política durante el siglo XIX y XX.
Nací en una familia cristina pentecostal en Puerto Rico, fui testigo de su labor social por las comunidades desventajadas. Por lo que me resulta ‘pasmoso’ el hecho de que muchas personas de la comunidad pentecostal se declaren enemigos críticos de movimientos como “Black Lives Matter” interpretando lo que ha estado ocurriendo en Estados Unidos desde la muerte de George Floyd como un “ataque al escogido de Dios”, entiéndase el presidente Trump.
Parte de esta respuesta se debe al desconocimiento de la larga tradición en el pentecostalismo, de protestas y marchas en favor de la lucha por los derechos civiles. Así que vale la pena recordar la historia y visibilizar aquellos que la historia a invisibilizado, procurando que este trabajo historiográfico permita la reflexión y la acción, tanto en comunidades pentecostales como en otras tradiciones.
En 1906 en California, en la calle Azusa, un grupo de creyentes comenzaron a llamar la atención de la prensa local y nacional. Reunidos en una pequeña iglesia liderada por un pastor afroamericano hijo de ex esclavos de las plantaciones de algodón, se predicaba a blancos, afroamericanos y latinos. Como bien ha descrito Vinson Synan, uno de los historiadores del movimiento: ‘la línea que separaba los colores ha sido borrada por la Sangre’. Las primeras fotografías muestran claramente a afroamericanos y blancos, en roles de liderazgo. La relajación de las barreras raciales y sexuales que imperaban en esa época representaba una amenaza para muchos que estaban decididos a mantener el status quo[1].”
Lo que muchas veces obviamos es que el avivamiento pentecostal se dio en abierta violación a las leyes de segregación racial (leyes Jim Crow). En otras palabras, era políticamente incorrecto e ilegal lo que el Espíritu estaba haciendo, juntando a personas de diversas razas para adorar a Dios en contra de los dictámenes de segregación. Desde esta perspectiva este “mover del Espíritu”, sociológica y políticamente hablando, era un acto de protesta contra las injusticas que experimentaban las comunidades afroestadounidenses durante este tiempo. Había “fuego” en la misión Azusa, un “fuego” de protesta dirigido por un pastor afroamericano que subvertía el orden social y resistía la injusticia del sistema de supremacía blanca.
En sus principios, el pentecostalismo se vio como un movimiento de “negros” por lo que se acusaba de herético. Una de las organizaciones pentecostales más grandes que surgió, La Iglesia de Dios en Cristo (COGIC) tuvo su primer conflicto cuando una serie de pastores blancos no deseaban estar bajo el liderazgo de los afroestadounidenses y se separaron formando las Asambleas de Dios. La razón racial fue bien marcada[2]. Para los 60’ estalla el Movimiento de los Derechos Civiles. Las iglesias pentecostales estaban bien compenetradas con sus comunidades marginadas en el sur, por lo que se unieron a los líderes del movimiento en protestas y marchas por los derechos civiles. Uno de esos fue el Obispo J.O. Patterson. Como líder principal de COGIC se involucró en las luchas por los derechos de la comunidad afroestadounidense, en especial su comunidad de Memphis. Jonathan Chism ha publicado su tesis doctoral, en la cual mira este periodo en la historia de COGIC. Identifica cinco áreas en las cuales las Iglesias pentecostales negras colaboraron en la lucha de los derechos civiles.
COGIC estableció una sólida base organizativa en Memphis contribuyendo con importantes recursos denominacionales al movimiento, incluido el espacio de reunión para las actividades de derechos civiles:
- Los líderes de COGIC alentaron el compromiso entre los afroestadounidenses en Memphis a través de campañas de registro de votantes.
- Participaron en organizaciones y manifestaciones de derechos civiles.
- Participaron en la política electoral y ayudaron a un candidato de Memphis a ser congresista estatal y miembro del consejo de la ciudad.
- Contribuyeron a la huelga de trabajadores de saneamiento de Memphis participando en boicots, marchas, manifestaciones en el templo y proporcionando liderazgo a la huelga[3].
El activismo de las iglesias pentecostales afroestadounidenses fue fundamental para las victorias del movimiento de los derechos civiles. Pudiera ser un modelo de acción para las iglesias hoy. Uno de los momentos más memorables fue el 3 de abril de 1968 cuando Martin Luther King Jr., invitado por los líderes de COGIC, tuvo la ocasión de hablar en el templo principal de dicha denominación. El templo estaba repleto de pentecostales y trabajadores afroestadounidenses víctimas de un sistema racista. En este lugar, King proclamó su famosos mensaje He estado en la cima de la Montaña. Dominado por lo que los pentecostales llaman “fuego pentecostal”, King predicaba como si predijera el futuro. Sus palabras tienen mucho que decirle a la iglesia hoy. Decía:
No estamos ocupados en una protesta y discusiones negativas con nadie. Estamos diciendo que estamos determinados a ser hombres; estamos determinados a ser personas … estamos diciendo que somos hijos de Dios. Y si somos hijos de Dios, no tenemos que vivir de la manera en que nos obliguen a vivir.[4]
Estas palabras movieron a estas iglesias a hacer marchas, luchando por sus comunidades. Ante las dudas de ciertos sectores porque algunas de las marchas en Memphis se tornaron violentas, King les decía:
“Ustedes saben lo que pasó el otro día, y la prensa trató solamente lo de las ventanas rotas. Leí los artículos. Muy pocas veces llegaron a mencionar el hecho que mil trescientos trabajadores sanitarios están en huelga, y que Memphis no está siendo justo con ellos…[5]
Los típicos “amenes” que retumbaron en el templo deben recorrer las calles de Estados Unidos y el mundo. Recordarle a la sociedad que más allá de carros volteados, cristales rotos y fuego, hay vidas muriendo. Los pentecostales de Memphis en su mayoría miembros de COGIC salieron con su fuego pentecostal a protestar en las calles de su ciudad y exigir que las “Vidas Negras Importan”, algo que veían inherente a su fe.
En este templo pentecostal, un empoderado Martin Luther King Jr. profetizaba lo que menos de veinticuatros horas después sucedería, le quitarían la vida. Entre los líderes que estuvieron las últimas horas de su vida muchos de ellos pertenecían a COGIC. Fueron su ultimo apoyo. Su legado continuó. Más de 50 años después la lucha continúa y los nuevos líderes de COGIC siguen en las trincheras.[6] Pentecostales, que con el fuego del Espíritu continúan gritando ¡Black Lives Matter! Un legado que el pentecostalismo puertorriqueño debería rescatar como parte de su herencia espiritual.
[1] Synan Vison, El siglo del Espíritu Santo: Cien años de renuevo Pentecostal y carismático (Buenos Aires, Argentina, Editorial Peniel, 2006) 71
[2] https://www.ncpedia.org/church-god-christ
[3] https://scholarship.rice.edu/bitstream/handle/1911/76423/CHISM-DOCUMENT-2014.pdf?sequence=1&isAllowed=y
[4] https://www.dx.com.py/discurso-de-martin-luther-king-he-estado-en-la-cima-de-la-montana/
[5] https://www.dx.com.py/discurso-de-martin-luther-king-he-estado-en-la-cima-de-la-montana/
[6] https://www.cogic.org/live/
2 Comments
Yadiel S. Calderón
Excelente artículo. Aunque el artículo es sobre el legado afroestadounidense en la lucha de los derechos civiles. Me gustaría aportar el hecho de que Dios se ha valido de diferentes personas o movimientos a través de la historia para denunciar tanto los pecados individuales como estructurales (sociales). En nuestra historia caribeña se valió de Fray Antón de Montesinos para denunciar por medio de sermones (siendo el más famoso el “Sermón de Adviento”) los abusos contra los indios; de Fray Bartolomé de las Casas, quien de encomendero pasó a ser un defensor jurídico de los indios (siendo una de sus ponencias más famosas en “La Controversia de Valladolid”); en el Siglo XIX vimos a Rauschenbush y el Evangelio Social llamar a todos los evangélicos al trabajo en pro del reino de Dios, un reino de justicia; y en el Siglo XX vinos a los movimientos Pentecostales juntos con otros en lo que este artículo muy bien recoge. El artículo me hizo reflexionar sobre el complejo cuerpo de Cristo que armoniosamente se une a través de países, de personas, de edades, y pensamiento tiene la capacidad de levantar la bandera de la justicia y regresar todo a su naturaleza buena, producto según San Agustín, del “modo, belleza y orden”.
Roque Oviedo
Bendiciones desde BsAs…Argentina un pueblo pequeño Alejandro Korn…soy el pastor Roque Orlando Oviedo…nacido en Mendoza…tengo una congregacion de 40 miembros…que me los dio por su gracia para administrar su obra…