En Jesuscreed se cita esta difícil confesión de expectativas irreales que pesan sobre ministros/pastores. Una voz de alerta para comunidades cristianas que esperan que el/la pastor/a lo haga todo.
“Estoy consternado por lo que se requiere de mí. Se supone que debo pasar del lecho de enfermad a la reunión administrativa, de planificación, de supervisión, de consejería, a la oración, a la solución de problemas, a los presupuestos, a los sistemas de audio, a la mediación, a la preparación de adoración, al boletín, a los problemas del personal, a proyectos de misión, a manejar conflictos, al liderazgo comunitario, a estudiar, a los funerales, a bodas, a la predicación. Se supone que debo estar “a cargo”, pero no demasiado responsable, ejecutivo administrativo, pastor sensible, consejero hábil, orador, guía espiritual, políticamente inteligente y sofisticado intelectualmente. Y se espera que sea superior, o al menos de primera categoria en todos ellos. No se supone que debo estar deprimido, desanimado, cínico, enojado, herido. Se supone que tengo que ser optimista, positivo, fuerte, dispuesto y disponible. Ahora mismo no estoy llenando ninguna de esas expectativas muy bien. Y estoy cansado.”
“I am appalled at what is required of me. I am supposed to move from sickbed to administrative meeting, to planning, to supervising, to counseling, to praying, to trouble- shooting, to budgeting, to audio systems, to mediation, to worship preparation, to newsletter, to staff problems, to mission projects, to conflict management, to community leadership, to study, to funerals, to weddings, to preaching. I am supposed to be ‘in charge,’ but not too in charge, administrative executive, sensitive pastor, skilful counselor, public speaker, spiritual guide, politically savvy, intellectually sophisticated. And I am expected to be superior, or at least first-rate, in all of them. I am not supposed to be depressed, discouraged, cynical, angry, hurt. I am supposed to be upbeat, positive, strong, willing, available. Right now I am not filling any of those expectations very well. And I am tired.”
(Chandler W. Gilbert, “On Living the Leaving” in Edward A. White (ed.) Saying Goodbye, Bethesda, Alban, 1990, p.25)