Por Michael F. Bird, Dean and Lecturer in Theology, Ridley College (Australia).
La blogósfera [principalmente Anglo] evangélica ha estado ocupada con algunas disputas sobre lo que es el evangelio, o más apropiadamente, cuál es el énfasis correcto del evangelio.
Por un lado, está la multitud de T4G argumentando por la “justificación por la fe” como el centro del evangelio con uno que otro detalle de reino y realeza ejemplificados por Greg Gilbert en su libro ¿Qué es el Evangelio? y más recientemente en su charla en T4G “What Is and Isn’t the Gospel.” Gilbert critica a Scot McKnight y Matthew Bates porque en sus respectivos libros King Jesus Gospel, Gospel Allegiance, y Salvation by Allegiance Alone argumentan que el evangelio del Nuevo Testamento acentúa la realeza de Jesús a expensas de la expiación y la justificación (déjeme hacer una salvedad: estos dos hombres son buenos amigos míos).McKnight y Bates han respondido al discurso de Gilbert, y Gilbert a su vez, ha respondido más con “‘Jesus is King’ is not Good News” [título que fue cambiado luego de críticas y para reflejar mejor el contenido de la respuesta].
Yo lo veo de la siguiente manera:
Gilbert quiere hacer de la cruz y una transacción dentro de la expiación el centro del evangelio, manteniendo el reino y la realeza como una especie de trasfondo. McKnight y Bates enfatizan la realeza de Jesús, la historia de Israel, el cumplimiento de las Escrituras con justificación y perdón como beneficios del evangelio. Gilbert no elimina completamente el aspecto de reino/rey, pero McKnight y Bates tampoco están abogando por un “mero reinado”.
En realidad, creo que Bates y McKnight tienen el mejor final del argumento en términos de lo que el Nuevo Testamento enfatiza. Si uno examina Hechos 2:29-36, 13:32-33; Rom 1:3-4; 1 Co 15:3-4 y 2 Tim 2: 8, entonces es bastante difícil negar el hecho de que el evangelio es un evangelio del rey Jesús – es un poco de un slam dunk [donqueo] en mi mente. El evangelio es un llamado real a creer y obedecer a Jesús como el rey mesiánico de Dios, un rey que ha demostrado su fuerza y poder al dar su vida a su pueblo para hacerlos rectos, perdonados y reconciliados, etc. O, como defino el evangelio en mi libro Evangelical Theology: “El evangelio es el anuncio de que el reino de Dios ha llegado en la vida, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, el Señor y el Mesías, en cumplimiento de las Escrituras de Israel. El Evangelio evoca fe, arrepentimiento y discipulado; sus efectos acompañantes incluyen la salvación y el don del Espíritu Santo.”
En Ridley College, en teología 001, lo primero que cubrimos es “¿Qué es el evangelio?”, y pido que dos estudiantes reseñen respectivamente ¿Qué es el Evangelio? de Greg Gilbert y King Jesus Gospel de Scot McKnight, a veces añadiendo también a Darrell Bock, Recovering the Real Lost Gospel, y a John Dickson, Promoting the Gospel. Por lo general, esto lleva a un buen análisis acerca de lo que es el evangelio y lo que se debe enfatizar. Yo diría que alrededor del 70% de los estudiantes por lo general prefieren la articulación de McKnight, sin embargo, encuentran cosas en el libro de Gilbert que aprecian y respetan. En general, terminamos con una discusión muy útil y sana del evangelio y su presentación en el Nuevo Testamento. Es una buena tarea para aquellos que aprenden a pensar evangélicamente sobre la teología.
Permítanme hacer hincapié en algunas cosas:
En primer lugar, hay una diversidad de presentaciones del evangelio en el Nuevo Testamento. Hay diversidad incluso en la presentación de Pablo. Rom 1:3-4 y 2 Tim 2:8 enfatizan a Jesús como el Mesías resucitado, mientras que 1 Co 15: 3-5 enfatiza su muerte y resurrección por nuestros pecados. Tenga en cuenta también que la sinopsis de predicación apostólica de Lucas rara vez menciona la cruz y la expiación, centrándose principalmente en el Mesías, la exaltación y el perdón de los pecados de Jesús. Jimmy Dunn tiene un gran ensayo sobre la diversidad dentro del NT sobre el evangelio, aunque no puedo recordar exactamente dónde lo vi (tal vez en el homenaje a Howard Marshall, New Testament Theology in Light of the Church’s Mission).
Segundo, la justificación por fe no es el evangelio, sino que es una explicación paulina de cómo el evangelio salva.
Sí, hay una estrecha relación entre el evangelio y la justificación/justicia.
La justicia de Dios se revela en el evangelio (Rm 1, 16), pero esta “justicia” no es una “justicia de [proviene] Dios” (disculpas a Tom Schreiner y Charles Irons), más bien, es el poder salvador de Dios anunciado en el evangelio lo que resulta en justificación, perdón y reconciliación, etc.
Pablo puede utilizar “justificado” como resumen de los muchos dividendos de la salvación (Rom 8, 30), sin embargo, la justificación es también la otra cara del perdón (Rom 4) y la reconciliación (Rom 5). Además, ¡Pablo puede usar “misericordia” para resumir su mensaje a través de Romanos 1-11 en Rom 12:1!
Además, en Gálatas Pablo defiende su evangelio, y lo hace defendiendo principalmente la justificación por la fe en Gálatas 2, sin embargo, también defiende su punto de vista de la adopción y la libertad de la Torá.
Es más, si la justificación por fe es el evangelio, entonces podrías terminar dando a entender que los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) no son evangelio porque no mencionan el relato paulino de la justificación por la fe. Y si tu teología no puede encontrar ningún evangelio en los Evangelios, entonces hay algo muy erróneo en tu teología. En serio, si éste eres tú, ¡consigue ayuda!
Así que, por supuesto, el evangelio y la justificación van juntos, como el vegemite (un tipo de mermelada que se come en Australia) y el aguacate, o el vegemite y el queso. Sin embargo, la justificación no es el contenido del evangelio, sino su efecto. De lo contrario, si la justificación es el evangelio, y si uno debe creer que el evangelio para ser justificado, entonces usted termina con la ridícula situación de ser justificado creyendo en la justificación, una proposición rechazada tanto por Jonathan Edwards como por N.T. Wright.
Tercero, me gusta pensar que la obra de Jeremy Treat The Crucified King, podría ser un punto medio entre Gilbert y McKnight/Bates y tal vez Treat pueda potencialmente negociar un tratado de paz evangélico, mientras Treat trata de mantener juntos exactamente lo que ambos bandos valoran en la realeza de Jesús y una sólida teología de la expiación.
Y cuarto, creo que probablemente deberíamos hacer deferencia al teólogo vivo más grande de Estados Unidos, Kanye, cuyo álbum gospel se titúla con razón “Jesús es Rey”. Di lo que quieras sobre Kanye, su álbum de gospel tiene un buen título de gospel [evangelio].
Aquí un corto “TED talk” que hice acerca de qué es el evangelio y por qué importa:
Aquí otro vídeo donde hablo acerca del rol del evangelio en la teología cristiana:
One Comment
Nef Ramirez
Es desafortunado que Bird recurra a una táctica como hacer una conclusión apresurada y luego un asalto al carácter de quien sostiene una postura al decir “Y si tu teología no puede encontrar ningún evangelio en los Evangelios, entonces hay algo muy erróneo en tu teología. En serio, si éste eres tú, ¡consigue ayuda!”. Bird es un teólogo y Gilbert es un pastor teólogo, por lo que si hemos de andarnos con sentimentalismos, que la sabiduría sea confirmada por sus hijos, con lo que me refiero a que el poder del evangelio se haga visible en las vidas de quienes lo creen, resguardan y confiesan.
En lo que respecta a su argumento sobre diversidad de presentaciones del evangelio y su típica postura de alta crítica sobre cómo se puede desligar la “teología paulina” de los evangelios, es de esperarse que cualquiera salte a la conclusión de que hay un cisma entre Jesús en los evangelios y el resto del Nuevo Testamento cuando a) se ha abandonado la inerrancia y suficiencia de la Escritura y b) la “teología de la cruz sangrienta” es ofensiva para las sensibilidades modernas, puesto que si la buena noticia está desligada de la mala noticia sobre el destino del hombre pecador ante el Dios santo, fácilmente puede ser un simple relato sobre una figura de la realeza que viene a hacer una variedad de cosas que se pueden mirar como en un caleidoscopio sin cohesión.
Bird dice tener mejores explicaciones y perspectivas diversas sobre qué es el evangelio. Dice que “El evangelio es un llamado real a creer y obedecer a Jesús como el rey mesiánico de Dios” y también dice “El evangelio es el anuncio de que el reino de Dios ha llegado en la vida, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, el Señor y el Mesías, en cumplimiento de las Escrituras de Israel.” ¿Pues qué más es el rey mesiánico sino el ungido de Dios que entrega la vida por sus amigos, en rescate por muchos? ¿Qué más es ese reinado y reinar de Dios sino que su Siervo ha venido a pisar la cabeza de la serpiente y (dispensen mi alusión a “teología paulina”) “…murió por todos para que los que viven ya no vivan más para sí sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”? ¿Qué más sino el justo por los injustos, el rey por los enemigos, puede ser el corazón de la buena noticia que viene a cancelar la mala noticia de la condenación ante el Dios ante quien nadie se presentará con manos vacías y ante quien sin derramamiento de sangre, no hay perdón/remisión de pecados (Levítico 8:25-35; 2 Crónicas 30:13-20; Hebreos 9)? Sin una definición apropiada, bíblica tanto vetero- como neotestamentaria de qué es la mala noticia revelada en la Palabra inerrante de Dios, no hay un entendimiento de la expiación penal substitutiva como el corazón del Evangelio.
“Los hombres realmente pueden ser salvados por esa gracia que doctrinalmente de hecho niega, y pueden ser justificados por la imputación de aquella justicia la cual, en opinión, niegan es imputada” (Owen).