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Epifanía: El Dios que se reveló a los magos de oriente

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Para muchos latinoamericanos la navidad no termina con la despedida de año o año nuevo. Nuestra música, cantos y regalos continúan hasta el 6 de enero, el Día de los Reyes Magos.

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En el calendario litúrgico cristiano se le llama Epifanía. La palabra epifanía proviene del griego y significa “manifestación o aparición”. En la historia de la iglesia se ha relacionado esta palabra con revelación de Cristo en relación a los magos de oriente. Se conmemora la visita de los magos a Jesús. En el relato en Mateo 2:1-12 ellos representan a los gentiles (aquellos no judíos).

La historia de la visita de los magos solo aparece en el evangelio de Mateo. Y aunque Mateo solo menciona que eran “magoi” (plural), a través de los años las tradiciones los convirtieron en “reyes” con impresionantes túnicas reales, prendas lujosas, y unos coloridos turbantes de diseñador.

Algunas tradiciones han querido evadir la idea de que estos personajes practicaban alguna otra religión y solo practicaban algún tipo de astronomía antigua. Quizá la preocupación es que si estas personas siendo de otra religion reciben la libre revelación de Dios, pues sería problemático para la originalidad y pureza de la fe en el Mesías. Pero aunque se entiende la preocupación, si no les dejamos ser lo que son se pierde la radicalidad del relato del evangelio.

Originalmente el vocablo de magos se referían una casta de sacerdotes de la religión iraní de Zoroastrismo, pero para el tiempo de Jesús la palabra “mago” se refería también a una clase de estudiosos de la naturaleza, medicina, matemáticas, astronomía y astrología. ¡Estudiosos y religiosos!

Mateo tampoco nos dice cuántas personas eran. La tradición ha especulado que eran tres y y eventualmente les dimos sus nombres. La inferencia viene de la cantidad de regalos entregados a la familia (oro, incienso y mirra). Para sorpresa de muchos, los nombres Melchor, Gaspar y Baltasar, no aparecen en la Biblia. Pero como se ha dicho, ya sea que hallan sido tres o tres docenas de hombres magos, no hay duda que deben ocupar un lugar importante en nuestra celebración.

Estos viajeros misteriosos de oriente no tenían la Torah o un pacto (como los judíos). Ni siquiera parecen conocer el nombre del Dios que se les manifestó. Y a pesar de no tener ninguna de estas cosas, comienzan un viaje que sería largo y peligroso.

Ellos fueron dirigidos por un fenómeno astral (una estrella, a lo mejor un cometa, o una visión) y por lo que han escuchado acerca del “Rey de los Judíos”.

Para Mateo estas eran gente respetada y noble y sabia (no eran reyes). Estos “magoi” irían a adorar al Rey.

En estas personas vemos cómo Dios llama a gente de todas la naciones a conocer y atesorar a Jesús como Rey. En los magos vemos que así nosotros venimos. No somos judíos, pero igual escuchamos el anuncio del nacimiento de Jesús. Igual miramos los eventos de la vida, las epifanías en lo cotidiano, y podemos ver que Dios está presente actuando para liberarnos de la oscuridad que nos asecha. En Jesús, el Cristo, la luz del mundo ha llegado.

El texto bíblico: visita de los magos 

Mateo 2: 1-12
2 Después de nacer Jesús en Belén de Judea, en tiemposdel rey Herodes, he aquí, unos magos del oriente llegaron a Jerusalén, diciendo: 2 ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y hemos venido a adorarle. 3 Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Entonces, reuniendo a todos los principales sacerdotes y escribas del pueblo, indagó de ellos dónde había de nacer el Cristo. 5 Y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por elprofeta:
6 “Y tu, Belen, tierra de Juda,
de ningun modo eres la mas pequeña entre los principes de Juda;
porque de ti saldra un Gobernante
que pastoreara a mi pueblo Israel.”
7 Entonces Herodes llamó a los magos en secreto y se cercioró con ellos del tiempo en que había aparecido la estrella. 8 Y enviándolos a Belén, dijo: Id y buscad con diligencia al Niño; y cuando le encontréis, avisadme para que yo también vaya y le adore. 9 Y habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño. 10 Cuando vieron la estrella, se regocijaron sobremanera con gran alegría. 11 Y entrando en la casa, vieron al Niño con su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le presentaron obsequios de oro, incienso y mirra. 12 Y habiendo sido advertidos por Dios en sueños que no volvieran a Herodes, partieron para su tierra por otro camino.